Caso Valeria Márquez: otro golpe a la seguridad y la violencia de género en México
- Redacción
- hace 13 horas
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El brutal asesinato de la influencer Valeria Márquez, de apenas 23 años, ocurrido el pasado martes en Zapopan, Jalisco, ha conmocionado a todo el país. La joven modelo y creadora de contenido fue acribillada a plena luz del día mientras realizaba una transmisión en vivo, un hecho que pone en evidencia no solo la inseguridad rampante, sino también la vulnerabilidad particular de las mujeres en México.
Durante su conferencia matutina del jueves 15 de mayo, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que se ha iniciado una investigación para dar con los responsables y esclarecer el móvil del crimen. “Se está trabajando para poder encontrar primero a los responsables y el móvil de por qué fue esta situación”, expresó la mandataria sin dar más detalles sobre avances concretos del caso.
La escena del crimen fue una estética en Zapopan. Según la Fiscalía de Jalisco, un hombre ingresó al local y disparó directamente contra Márquez. Las circunstancias son tan perturbadoras como dolorosas: minutos antes del ataque, Valeria había expresado en otra transmisión que quería irse a casa, y llegó a comentar que "la iban a matar", aunque decidió quedarse esperando un “regalo costoso” prometido por un supuesto seguidor.
De acuerdo con versiones de medios locales, un repartidor —quien anteriormente había entregado un café y un peluche en nombre de un admirador— habría regresado armado para cometer el asesinato. Esta hipótesis, de confirmarse, reflejaría una preocupante combinación de acoso, violencia de género y la peligrosa exposición de figuras públicas jóvenes en redes sociales.
El caso de Valeria Márquez no es un hecho aislado. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, solo en el primer trimestre de 2025 se han registrado 162 feminicidios en México. Jalisco ocupa el tercer lugar nacional con ocho de estos casos. Es decir, el feminicidio en México sigue siendo una epidemia silenciada por la costumbre y normalizada por la impunidad.
Más allá del número de seguidores que tenía Valeria en TikTok —más de 90 mil—, su asesinato es el de una joven mexicana que, como tantas otras, cayó víctima de un sistema que sigue sin ofrecer garantías mínimas de protección a las mujeres. La exposición mediática del caso no debería hacernos olvidar que hay decenas de Valerias sin cámara, sin transmisión en vivo, pero con el mismo destino violento.
La opinión pública espera resultados prontos y claros. Pero más allá de identificar al asesino, este caso obliga a un debate más profundo sobre la violencia digital, la cultura del acoso disfrazado de admiración y, sobre todo, la urgente necesidad de políticas públicas efectivas y con perspectiva de género. Porque mientras la justicia llega —si es que llega—, otra mujer en México ha sido asesinada. Y eso, simplemente, no puede seguir siendo normal.
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